Los vigilantes somos tan solo un producto que las empresas facturan a los clientes para que los seguros les cubra. De ahí que en último lugar se tenga en cuenta la seguridad en sí misma. Pues lo que importa es el negocio descrito.
Cuando entras en esto, no sabes lo expuesto, entras con mucha ilusión y te preparas lo mejor posible, pero el tiempo nos da una leche y nos enseña que no importamos en absoluto y si, puedes dar con un cliente que te valore y que incluso de la cara por ti, no dejando al margen la realidad de que es algo excepcional.
Marionetas con instruciones que llamamos órdenes de puesto... por eso no importa lo bueno y preparado que sea el vigilante porque carece de autonomía alguna.
No existe ningún protocolo como exámenes para mostrar tú valía, ni siquiera se informa de las vacantes (pocas empresas lo hacen). Aquí los ascensos van a dedo y no acorde con la profesionalidad si no acorde con la confianza y favoritismo.
No solo ello, si no que todo es abaratar costes... Les cuesta hasta pagar las horas de formación esa hora extra que hiciste, el tiempo de ir a por la ropa etc etc... encima si pueden te roban, se pasan los derechos de los trabajadores por el forro.
Al final el vigilante tras muchos años se da cuenta que solo importa saber sus derechos y saber defenderlos y debo decir muy tristemente que muy pocos saben sus derechos.
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