Gresca en Correos a cuenta de la seguridad: "Ha ido a peor desde el fin de ETA"
La empresa postal y los sindicatos se enzarzan en una reunión sobre los protocolos de seguridad. Unos aseguran que solo se escanea el 4% de envíos y Correos lo desmiente
“Nos lo dijo así, con toda la cara. Estaban Pumares, el director de Relacionales Laborales y el director de Recursos Humanos, pero quien llevaba la voz cantante era él. Yo sabía que la empresa tiene problemas de seguridad por el poco presupuesto que le destinan, pero comprobar que solamente se revisa el 4% de los envíos me sorprendió”, afirma Federico Bernabé, secretario del Sector Postal de UGT, presente en la reunión este martes.
Correos no expuso el dato de manera directa. Según los sindicatos, afirmó que de 22 millones de envíos diarios, anualmente solo pasan por los escáneres de seguridad un total de 300 millones. Luego hubo que echar las cuentas.
"No es normal tener un presupuesto de 47 millones de euros para seguridad y otro de 40 millones para publicidad y 'marketing"
“Hubo momentos de discusión tensa por las condiciones de seguridad. Es un riesgo para los ciudadanos y también para los empleados de Correos que manipulan los paquetes. Les dijimos que no es normal tener un presupuesto de 47 millones de euros para seguridad y otro de 40 millones para publicidad y 'marketing'. Pero ellos echan balones fuera e insisten en que el responsable de dejar pasar los sobres con las balas y los cuchillos fue el vigilante de seguridad, del cual ya han pedido su despido. Lo que nos pedían a los sindicatos es comprensión y que defendiéramos la imagen de la empresa”, prosigue el responsable de UGT.
Casualmente, los sobres con balas para Pablo Iglesias, Fernando Grande-Marlaska y María Gámez, y luego el paquete con la navaja destinado a Reyes Maroto, forman parte de ese 'afortunado' 4% de envíos que sí es escaneado. Lo grave en este caso es que los sobres pasaron por el escáner del CTA de Vallecas en Madrid y no se detectó la amenaza.
La empresa postal desacredita esta versión, en lo que parece una misma reunión con dos realidades paralelas. "El volumen de admisión diario de envíos en el momento actual está en torno a los cinco millones, y el 100% de los considerados de riesgo pasan por nuestros escáneres; en este sentido, en el sistema de seguridad de Correos no ha existido ninguna brecha de seguridad, ya que los proyectiles cursados en nuestra red, la semana pasada, quedaron registrados en nuestros sistemas, aunque desgraciadamente, y por un error ajeno a nuestros protocolos, siguieron su curso hasta su destino". Correos también reafirma el "mantenimiento y actualización de los sistemas de seguridad electrónica".
Ya no es una prioridad
Fuentes que conocen bien las dinámicas de la dirección de Correos afirman que esto se veía venir y que, al menos, no ha habido que lamentar una desgracia. “La seguridad ha ido a peor notablemente desde el fin de ETA, ha dejado de ser algo clave para Correos. En los años de terrorismo, su trabajo fue muy valioso, estaba en contacto constante con Policía y Guardia Civil, se escaneaban casi todos los envíos, había un personal muy riguroso enfocado a esa tarea y funcionó muy bien. Pero ya en 2009 la cosa cambió. Ese año se aprobó que los envíos de menos de 100 gramos no deben pasar por escáner, y se empezó a marginar la seguridad para invertir en otros campos como la publicidad y la imagen de marca. Quieren ser una multinacional de la paquetería y se olvidan de que son un servicio postal”.
“No me haría muchas ilusiones de que esto sirva de punto de inflexión", indica Bernabé. "Al menos, se hará una auditoría interna para detectar los problemas y luego ya veremos si les dan solución. Lo que no pueden es seguir bajando el precio de la licitación de seguridad. Por ahora se han limitado a expedientar a INV Vigilancia y exigir el despido del vigilante afectado”. Los sindicatos exigirán que se invierta en escáneres avanzados y tecnología punta para controlar todos los envíos.
Antes de este episodio, ya hubo un conato de incendio en Correos por las deficiencias de seguridad. En marzo de 2020, el servicio postal para España pendió de un hilo debido a problemas con la empresa de seguridad contratada. Una debilidad que ha terminado por estallar un año más tarde, aunque por un motivo que los especialistas confirman que es más habitual de lo que parece: el envío de amenazas a cargos políticos. La diferencia es que, esta vez, en lugar de no hacerlo público para evitar emulaciones, el Gobierno ha decidido publicitarlo a bombo y platillo.
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